lunes, 25 de junio de 2012

JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO ¿MAL PRESIDENTE?... NO TAN MALO

Por mucho que se empeñe todo el mundo en culpar al expresidente hasta de la muerte del toro que mató a Manolete, desde el punto de vista histórico -aunque aún sea muy pronto- hay que hacer justicia con José Luis Rodríguez Zapatero.
Su trayectoria política corresponde a la de un presidente que llegó al poder con humildad, pero con ideas muy firmes; con una imborrable sonrisa en el rostro, pero con unas convicciones muy sólidas; en definitiva, con talante… Hablamos de un gran socialdemócrata convencido que gobernó tomando decisiones con valentía, decisiones que otros presidentes jamás se hubieran atrevido a tomar; siempre fiel a su ideología, fidelidad amargamente traicionada cuando las aguas de la economía se desbordaron, se salieron de su cauce y se le llevaron por delante.
A la hora de valorar su gestión hay que tener en cuenta algo sumamente importante: nunca contó con una mayoría absoluta parlamentaria. Esto es que siempre tuvo que negociar, siempre tuvo que buscar los apoyos de otros grupos parlamentarios para la salida de los proyectos emanados de su gabinete.
Cuando esas crisis económica, inmobiliaria y financiera se fueron haciendo cada vez más y más acuciantes,  es verdad que Zapatero no supo reaccionar a tiempo; o no pudo, y me explico: Llega un momento en el que el único objetivo de la oposición es “echar” a Zapatero como sea, y en ese “como sea” cabe el desprestigio, el descrédito y la falta de ayuda. Con este frente, el expresidente toma decisiones, tan duras como necesarias, que le cuestan una huelga general, y por supuesto, la desaprobación de la oposición. A partir de aquí empieza un continuo acoso hacia su persona hasta llegar al derribo. 
Efectivamente Zapatero tuvo que haber gestionado mejor la crisis económica que se nos vino encima, pero también es verdad que estuvo solo, no sé si bien o mal aconsejado, o si él se dejaba aconsejar, que también cabe esa posibilidad, pero, en cualquier caso, solo. En los últimos meses de su mandato ¡cómo me recordó a Adolfo Suárez! Tan educado, tan elegante, tan correcto…, tan destruido.
La Historia se encargó de poner en su lugar a Adolfo Suárez. También lo hará con José Luis Rodríguez Zapatero.

lunes, 18 de junio de 2012

RESCATE FINANCIERO

¡Las cosas que pueden ocurrir en una semana!
Te vas una semana fuera, y cuando vuelves, te encuentras:
1.-Que el presidente del Consejo General del Poder Judicial se plantea dimitir al quedarse solo por un supuesto caso de malversación de fondos públicos.
2.-Que España ha sido rescatada financieramente. ¡Ojo! Un préstamo, que no un rescate. Yo entiendo que “aquello” era una crisis económica y no una desaceleración, pero también sé que ahora es un rescate y no un préstamo.
3.-Que la solución del Sr. Secretario de Estado para las Administraciones Públicas a todo lo que nos está cayendo económicamente hablando, es rebajarles el sueldo y quitarles las vacaciones a los funcionarios.
4.-Que por la cabeza de España está planeando la intervención, que la Unión Europea se resquebraja y que el euro se tambalea.
¡No vuelvo a irme una semana de vacaciones…!

martes, 5 de junio de 2012

A FAVOR DE LA CLASE POLÍTICA

Cuando escucho voces que predican o arremeten en contra de la clase política, o de cualquiera de las instituciones de este país,  me echo a temblar.  Me chirrían esas voces.
Cuando hablamos de “clase política” no deberíamos entender tal o cual político, o tal o cual partido. Ese concepto lo deberíamos entender como el pilar de nuestra democracia, ese pluralismo político que nuestra Constitución en su artículo 1.1 de su Título Preliminar propugna como uno de los valores superiores del ordenamiento jurídico del Estado, junto con la libertad, la justicia y la igualdad.
Cosa muy distinta es un político corrupto, en grado personal, que estoy convencida son una diminuta parte. En ese caso, y sólo en ese caso, sí debería de caer sobre él todo el peso de la ley, porque estaríamos ante “alguien” que no respeta ese valor democrático, y por lo tanto, a toda costa, hay que separar el trigo de la cizaña.  
La historia demuestra una y otra vez, que, cuando se tambalean los cimientos de la libertad y de la convivencia, entran en escena fantasmas a los que esa misma historia la costó mucho vencer. Se retrocede, se desanda todo el camino andado.  No caigamos en la tentación de apoyar la defenestración de la política, de los sindicatos y de todas las instituciones en general, porque si eso ocurre, habríamos trabajado, luchado y vivido en balde.