lunes, 22 de octubre de 2012

¿ELECCIONES?... NOS DA IGUAL

Ayer, 21 de octubre de 2012, se celebraron elecciones autonómicas en Galicia y en el País Vasco. El análisis fundamental que se debe efectuar acerca de estos comicios no es quién ganó y quién perdió, porque realmente no ha habido ninguna sorpresa: avance nacionalista en Euskadi y victoria popular en Galicia; sí es preocupante el retroceso del partido socialista, pero como apunté en otro post de este blog, se hace imprescindible la renovación de la cúpula del partido y el nombramiento de alguien que lidere los nuevos tiempos que se avecinan.
Pero el análisis principal, sobre el que hay que hacer hincapié, es la baja participación ciudadana. Cada celebración de elecciones que se produce la participación es más baja. Esto se traduce, coloquialmente hablando, que la gente pasa de la política y de los políticos, y esto no es bueno. Cuando la gente “pasa” de todo, la gente se resigna, y ahí está Galicia de ejemplo: política de recortes = mayoría aplastante. 
La clase política debe recapacitar por qué la ciudadanía está decepcionada, qué es lo que hacen mal y qué es lo que no hacen. Muchas cosas deben ser cuando los domingos electorales los ciudadanos encuentran muchas más cosas que hacer que acercarse a los colegios para aupar al que está, o a otro que va a hacer lo mismo que el que está.
Todo esto merece una seria reflexión.

lunes, 15 de octubre de 2012

ALGO FALLÓ EN LA EDUCACIÓN

Me confieso una persona optimista, que mira al futuro, que siempre ve la botella medio llena y que si hay una expresión que odio con todas mis fuerzas es que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Yo soy partidaria de aquella otra frase que dice que “lo mejor está todavía por llegar”. Dicho esto, debo hacer honor a la realidad.
Cuando decimos que contamos con la generación de chavales mejor preparados de nuestra historia, no estamos haciendo honor a la verdad. Sin duda sí son los más “tecnológicos”, pero para nada los más preparados. Las nuevas tecnologías deben ser sinónimo de rapidez, de optimización en el trabajo y en los estudios, nunca sustitutivas de la lectura, de la escritura, de la cultura, del saber en general, y mucho menos sustitutivas de un buen profesor. Y esto es lo que se está haciendo.
Tenemos y debemos reconocer que el sistema educativo y la educación en general han fallado. Cuando chicos de 14 o 15 años no tienen ni idea de quién es Federico García Lorca o Alfonso XII, o no saben hacer un quebrado o una raíz cuadrada, o no tienen ni idea de poner los acentos a las palabras, y lo único que saben es manejar teléfonos móviles, no me digan que estamos ante la generación mejor preparada.
Algo se ha hecho mal, y culpables somos todos. Estamos enviando a realizar estudios universitarios a chavales que no dominan lo básico y esto devalúa la Universidad. Debemos solventarlo cuanto antes porque en el caso contrarío, sí estaríamos ante la generación perdida. Legisladores, profesores, educadores deben preocuparse por la buena enseñanza de quien van a ser el futuro de nuestro país, y no en las rentas de sus casas encareciendo tasas y restringiendo becas.

miércoles, 3 de octubre de 2012

DESIGUALDAD

Se tiende a hablar muy alegremente de déficit, de ajustes, de recortes, de quitar una paga extra por aquí, de recortar las prestaciones de desempleo por allá, de la cifra de parados que sube o baja –sube casi siempre-, de copago sanitario, de subida de tasas universitarias, de bajada de becas, de despidos en las empresas públicas -porque en las privadas ya ni lo mencionamos-, etc… Todo ello son números, datos y estadísticas.
Pero de lo que no se habla ni alegre ni tristemente es de lo que ello significa. Y lo que significa todos esos titulares informativos y periodísticos se traduce en una sola palabra: Desigualdad. Detrás de esos datos se encuentran personas sin trabajo que no pueden pagar los estudios universitarios de sus hijos porque han recortado las becas. A esto hay que añadir que estos hijos de estas personas sin trabajo no se pueden permitir el lujo de suspender una asignatura, porque entonces sí se tendrían que olvidar definitivamente de la Universidad.
Esto que a priori parece demagogia y populismo, es la pura realidad a la que se está llevando este país. A que puedan estudiar “los de siempre” y a que se tengan que esforzar “los de siempre”. Después de tantos años luchar por la igualdad de oportunidades, que ya lo teníamos logrado y olvidado, retrocedemos a pasos agigantados en educación, en sanidad, y como decía la niña de aquel anuncio publicitario “en todo, todo y todo”.
¿Saben quien va a pagar la crisis económica? Los de siempre. ¿Saben a quiénes les da igual la crisis económica? A los de siempre. ¿Saben quiénes van a ir hacia atrás y van a sufrir una desigualdad brutal? Los de siempre.